Tengo un amigo que vive en Polonia. Y parece que allí el mercado de la carne está por los suelos debido a no se qué contraste entre el carácter de los latinos y el de los oriundos del lugar, así que el resto de amigos solteros va en procesión a Polonia cada vez que tienen un hueco libre en la agenda. La anécdota más comentada, el greatest hits en las reuniones navideñas, la frase que tuvo que escuchar uno de ellos fue: «si me follas sin condón, dejo que te corras en mi cara», y es tan descriptiva que con eso está más o menos todo dicho, y lo que es peor, imaginado.
En una de esas reuniones a las que asisto incómodamente me presento allí como la señorita que teclea en los juicios, imperceptible y sin protagonismo pero pillando nota de todo, ajena al protagonismo de juez, jurado e imputados. Admiro la profesionalidad con la que esas señoritas toman notas de las tropelías de los demás sin pestañear, quejarse o interrumpir la declaración de un acusado cagándose en su puta madre mientras esparce sus bártulos por el suelo de un manotazo para levantarse e irse dando un portazo. Una afirmación que me ruborizó en la última reunión fue escuchar en medio de un bar de tapas «no me la han chupado así en la puta vida», que viene a ser el pseudo intelectualoide y repelente «no he visto jugar a ningún equipo como el Barcelona de Guardiola en la puta vida» aplicado al sexo, porque quien más, quien menos, todo el mundo ha visto a su equipo levantar algún trofeo y recordar más el estilo con el que se consiguió la copa que la propia copa se me antoja algo impertinente. Yo, paradójicamente para esconderme, miré a los lados, carraspeé y di un sorbito a mi vaso de cerveza, lo que en mi mente es el equivalente a seguir tecleando imperturbable en el juzgado.
Este verano parece que el ratpack planifica y organiza una invasión a Polonia para el mes de junio, paralela a la de la selección nacional, capitaneada por el flamante Vicente del Bosque. Cuando en el bar atestado de gente se apuntó que Polonia sería el coño de la Bernarda en tema carnal durante los meses del desembarco debido a la Eurocopa, uno de mis amigos reaccionó como si a Del Bosque le hubieran dicho que sólo hay un campo de entrenamiento por cada grupo de Eurocopa, y dijo con tono serio y convincente «hay que llegar antes que los italianos».
Otro duelo entre países, éste en un campo de fútbol el 10 de junio se paga a 1,80 para España, 3,20 el empate y 4,85 para Italia, al revés que en las discotecas.