Real Madrid – CSKA Moscú, 4-1.

– Prolegómenos. Partido del Real, partido de Copa de Europa; José Mourinho como nexo de unión entre ambos sueños, disfrutemos de este sincrónico equilibrio mientras dure. El CSKA se presenta en el Bernabéu de la peor-mejor manera posible, con una camiseta azulgrana de marca Reebok; más hortera imposible. Ver el peinado Shempions © de Cristiano es el momento de debilidad gayer  por excelencia de los españoles, donde todos cedemos un poquito.

Entradas muy caras. Florentino, que a veces es bernabeuísta sólo de boquilla, pone unos precios inalcanzables. La entrada más cara para el partido de hoy debería costar 30€. Si quieres ahorrar dinero, deja de pagar el finiquito al hijo de la gran puta de Baúl, por ejemplo.

– Fútbol. La importancia de Kaka, que gracias a las tropelías de Sánitas con Di María es titular y adquiere un rol visible de aquí a final de año. Cambia los ajustes del equipo en relación a Di María y empuja a Özil al interior derecho, donde estamos hartos de verle. Alineación esperada, con Benzema entrando en el once de Mou y en la historia del Madrid a la misma velocidad, progresiva y convincentemente.

– Equipo. El Cristiano kaleidoscópico es un Cristiano sublime, inmejorable. Dispuesto a marcar como siempre, y multiplicando las posibilidades de peligro alrededor de él. Un Cristiano benzemaico, el delirio absoluto. Ayer sumó cuatro potenciales asistencias. Más los dos goles, más la entrega, más el trabajo, más el talento.

Antes del partido tuiteó @van_palomaain: #Khedirismo. El «khedirismo» trasciende lo futbolístico, pues nadie piensa que Khedira sea Redondo, Lampard o Gerrard. Es diligencia, aplicación, discreción, eficacia y eficiencia. Es la metáfora del rechazo a la mafia de los piperos, de los paletos del Txistu, de las radios, de los putos periodistas explicándonos qué es el Madrid. De Pedro León llamando individuo a Mou, de Ginés Carvajal. El khedirismo reivindica la normalidad, el fútbol, el trabajo,  la tranquilidad de nuestra casa.

En lo puramente futbolístico el jugador hizo un buen partido. Más liberado y con menos tensión que de costumbre con la pelota. Y además,  con la acción del primer gol  se desnudó y lleno de sinceridad nos explicó lo que es: cuando lo más lógico hubiera sido golpear el balón; él falla, se da la vuelta, y asiste a Kaka, que a su vez asiste a Higuaín. Gran limitación de talento individual, superdotado actor coral.

En la primera parte hay dos ausencias significativas. Benzema y Marcelo. Marcelo, capaz de regatear en un metro cuadrado, dar la profundidad de un interior y asistir como un extremo desde el lateral, es un jugador importantísmo. No está bien y el equipo lo nota y se resiente. Es un futbolista excelso que debe rendir a su nivel cuanto antes.

Estupidez supina de Alonso, que muy posiblemente no leáis mañana en los reductos del lumpen periodístico, as, marca, cope, etc, (así como la torrija de Casillas). Su amarilla con el partido en condiciones favorables y en zona de 3 cuartos, inexplicable.

Como siempre han dicho en ecosdelbalón Benzema es sinónimo de Copa de Europa. En apenas dos minutos maneja las revoluciones del partido a su antojo. Es un jugador diferente. Xabi Alonso dio muestras de mejoría, Arbeloa supo pasar por el partido sin evidenciar su baja forma. Kaka jugó, más bien que mal, pero algo importante ha de hacer para enamorar a los que perdieron la fe, (no digamos a los que nunca tuvieron). Higuaín empujó una, el primer gol, pero desentona en este equipo como titular. Dicen que él se ve como para ser siempre de la partida, pero es como si Kaka sintiera lo mismo.

La papeleta se la lleva Mou -más o menos papeleta cuando sepamos los rivales de cuartos- con la amarilla de Alonso. ¿Granero, Sahin, Lass, Coentrao, Marcelo, 4-3-3? Tal vez en el partido contra el Málaga podamos ver algunos updates al respecto.