Archivo mensual: abril 2012

En el adiós de Pep.

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Se fue Pep Guardiola del Barcelona, y desde aquí quiero rendirle homenaje. Pep Guardiola es el mejor entrenador de la historia del Barcelona, pero eso ya lo sabe todo el mundo. Pep llegó y lo primero que hizo, en su primera rueda de prensa, fue echar a Deco y Ronaldinho mientras en Madrid Ramón Calderón renovaba de por vida a Casillas, Raúl y Guti. Pep, no obstante, fue el entrenador que ideó una máquina que humilló al Madrid con un 2-6 y un 5-0 que pasarán a la historia.

Además, Pep sacó a jugadores de tercera división y los hizo pasar por cracks mundiales decisivos en semifinales de un mundial como Pedro; a otros los hizo mostrar de forma exponencial sus virtudes escondiendo sus defectos, como a Busquets. A Xavi, incluso le hizo creer que tenía carisma de orador, y ahora cada vez que puede, nos obsequia con frases como «ha perdido el fúpbol» y cosas así. Mejoró a todos los futbolistas con los que se quedó, porque no se quedó con todos. Pep también fue la novia caprichosa y despilfarradora que sale de boutiques y se funde casi todo nuestro dinero con trapitos que incluso nunca llega a ponerse, como Keirrison. Y otros con los que se harían libros de estilo en Standard & Poor’s como Chygrynskiy, Helb, o Cáceres. También en su mandato se pagó a cojón de pato a Villa, Ibrahimovic o Alves, haciéndonos ver que el equipo de Pep es el equipo de la cantera, existiendo en esa afirmación algo de soberano o categórico. Pero eso es más mérito de la prensa, que en Pep encontró un modelo, un padre, un amigo, un hermano. Lo mismo le pasó con los comités arbitrales, siempre dispuestos a tender una mano en los pasillos más angostos. (Regurgitación de Guardiola).

Se va Guardiola, la vertebración del discurso nacionalista a baja-media y constante intensidad. A veces Pep llamaba veladamente a las armas a todos sus compatriotas del ‘pequenyo país en la esquinita que no pintamos nada’ en ruedas de prensa que bien le hubiera gustado protagonizar a Josep Lluis. Pep, al mismo ritmo que ganaba copas, supercopas y requetecopas, hacía un poco de patria a través del ‘fúpbol’. Pep es el entrenador perfecto para el Barcelona. Ex jugador, ex 4, ex pupilo de Cruyff, hombre de carisma, fina figura, corbata estrecha, hombre con ideas políticas, si se las preguntan. No quiero pecar de fanfarrón, ni mucho menos tentar al dios del fúpbol, pero sin la inquina entre bastidores, sin el capità al mando, me salen los equipos de Van Gaal o Rijkaard que eran muy buenos, competentes y ganadores, pero sin áurea indestructible detrás.

No se sabe si ahora que deja el Barcelona, irá a Sierra Leona, al Chelsea, a Camboya o al Inter de Milán, porque el personaje detrás de Pep iba creciendo día a día. Tal vez el anuncio del Banco Sabadell compita como corto en el próximo festival independiente (of course) de Sundance. Se va en definitiva el Guardiola entrenador, y nace el Pep mártir. Por fin se desveló el tercer secreto de Fátima, la renovación de Pep. Lo único que me sorprendió fue no ver en el centro de la mesa a Pep en el angustioso, «españoles, Franco ha muerto» del barcelonismo.

Levantémonos y prosigamos el camino, pues la vida sigue.

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Tengo el pito como un centauro.

– Gran partido en Barcelona de un valor incalculable. Emocionalmente el Madrid por fin supera al Barcelona en 90 minutos y en el exterior, lo que equilibra la balanza psicológica, cosa que comenzaba a hacerse insoportable y hace madurar al equipo de cara a grandes citas. Futbolísticamente, el Madrid *compitió*. Lo dijimos al inicio de este mes de Abril, «saber jugar es saber competir». De paso sentencia la liga, que deja a 7 puntos de ventaja con 12 por disputarse. Quedan Sevilla en casa, Bilbao y Granada fuera y Mallorca en casa.

– Excepcional partido competitivo del Madrid. Casillas paró la ocasión de Xavi y por primera vez en tiempo, apareció involucrado en el partido. Arañó tiempo, avanzó metros para sacar y no rifó tantos balones como de costumbre, todo un hallazgo tras flagelarnos durante días viendo los goles de Munich repetidos. Arbeloa se mostró firme con Tello, al que supo reducir hasta la desaparición a pesar de no estar físicamente bien. Le aguantó los sprints y le llevó siempre a la línea de fondo sin que apenas desbordara. Aquí se jugaba una pequeña parte estratégica del partido, porque Guardiola atacó un lado castigado del Madrid (Di María – Khedira/Iniesta – Arbeloa) con un movimiento que podía ser «de genio» o quedarse en triste guardiolada.  Pepe – Ramos, partido de libro de estos dos centrales. Adelantaron, anticiparon y quitaron haciendo un partido muy disciplinado. Sublime sobre todo Sergio Ramos, que posiblemente haya jugado su partido más inteligente y concentrado con el Madrid. Para el recuerdo sus 5 temporadas en el lateral derecho privándonos de un central enorme. Pepe enumera una lista de partidos interminables como el de hoy en el Madrid, y aunque pase a la historia como sanguinario icono pop, conviene hacer justicia y recordarlo. Coentrao firmó un sobrio partido que le situa como lateral izquierdo titular de aquí a final de año. Justifica la demanda de Mourinho como bien explicó @futbeltran hace poco y anuló la capacidad ofensiva de Alves. Sufrió con el balón tras la recuperación, pero con el Madrid replegado en 30 metros en la fase defensiva, no le pongo ninguna pega. Khedira – Alonso. El alemán vuelve a mostrarse altamente fiable y competitivo en un partido determinante frente al Barcelona secando a Iniesta y ayudando a Arbeloa. Además, marcó el gol 108 del Madrid. Alonso volvió a mostrarse como en su mejor momento, lo que torna a valor vital en estos 6 últimos -esperamos- partidos de temporada. Recuperar a Alonso ayuda a recuperar la mejor versión del Madrid. Di María. Posiblemente el jugador más flojo del Madrid, lo que tiene su lógica porque físicamente no está a punto. Últimas decisiones erróneas en el apartado ofensivo y voluntarioso pero no tan valioso como de costumbre en las defensivas. Fue sustituido por Granero, que hoy salió cara (por dos veces consecutivas en el Camp Nou) y calmó y ayudó a estabilizar el juego del Madrid en las postrimerías del partido. Özil – Benzema. Otros que sumaron un grandísimo partido en lo global siendo determinantes en los tres cuartos. Con Di María lastrado físicamente, tanto Özil como Benzema entendieron bien las necesidades del equipo (de sus compañeros) en las fases ofensivas del Barcelona. Da pena ver a Özil extenuado como si fuera un velocista en una maratón, aunque sus movimientos slow-motion armando contras y transiciones rápidas son sencillamente geniales. Benzema vuelve a demostrar que es jugador de grandes citas, y aunque lleva más partidos de lo deseable con el Colt 44 encasquillado, es imprescindible. Cristiano. Su gesto pidiendo calma al Camp Nou y señalándose («calma, aquí estoy yo») tres minutos después del empate pasa a la historia. Impagable partido de Cristiano, boya de mar a la que se lanzaron sus compañeros al ahogarse (Coentrao), cuando querían hacer una transición rápida y vertical (Özil, Di María), o cuando querían mantener la calma y ganar 10 metros tras una recuperación (Alonso, Benzema). Se impuso a Puyol en cada duelo terrestre y en casi todos los aéreos, sacó amarillas a Busquets, Mascherano y domino sólo una parcela de terreno enorme. Gigante Cristiano.

– Al Madrid le quedan 6 partidos de aquí a final de temporada, y afronta esta última recta anaeróbica con los pulmones llenos de aire,  la cabeza despejada de fantasmas, el cogote libre de alientos y las ilusiones intactas. Para ello, el próximo paso fronterizo es el miércoles 27 en el Bernabéu, estadio que debe convertirse en un auténtico infierno. Si el Madrid asoma la cabeza en la última semana de abril, el equipo puede suplir las carencias físicas con un chute psicológico que podría recargar las baterías por completo y hacernos pensar en algo realmente maravilloso. ¡Hala Madrid!

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Morir para vivir.

Estos son tiempos extraños en los que se moraliza sobre todo. Épocas en las que hay fútbol de derechas y de izquierdas. Días en los que hay entrenadores que hacen equipos para hacer felices a los niños y otros que lo hacen para hacer ricos a sus representantes. Momentos en los que el verdadero fúpbol es glosado por profetas de la progresía intelectual y el fútbol vicioso y defensivo es alentado por «talibanes anónimos». Periodos difíciles en los que niños madridistas de 12 años, -futuras generaciones de pusilánimes- se aburren viendo al Madrid, «excepto por Casillas y Alonso, que son los únicos que juegan a algo». Tiempos en los que las víctimas de los nacionales enseñan sus cicatrices por los pastos, pero las víctimas de los republicanos cuentan sus anécdotas desde la cama de un hospital, a pesar del cándido fragor del agitprop. Tiempos en los que al mejor equipo de la Historia de la Humanidad, siempre se le recuerda alguna recta cuesta abajo en momentos determinantes, y entrenadores que no exprimen el talento ofensivo de sus plantillas hacen posible que los 107 goles de Toshack y los 38 de Hugo queden en el recuerdo en apenas dos años. Tiempos en los que el discurso de la izquierda futbolística es totalitario y monotemático y el de la presunta derecha tiene muchos más matices de los que nos cuenta el Gran Hermano de Miguel Yuste.

Dejando de lado la metafísica ideológica progreculandrona, la parte física ocupa todas nuestras preocupaciones.

El coitus interruptus de Munich arroja muchas dudas y nos confirma algunas certezas. Mientras a estas alturas el año pasado el equipo era un puñal físico y tenía una determinación admirable, este año no es así. Arbeloa, Alonso y Marcelo no están, Khedira y Özil un día sí otro no, Di María casi convaleciente, Higuaín mentalmente fuera. Sólo Pepe, Ramos y Cristiano están en el escalón correspondiente, y de cerca les sigue Benzema. Constatar cómo los últimos 25 minutos de Munich el equipo desapareció física, emocional y futbolísticamente sin saber gestionar, ni ser inteligente, ni competir fue aterrador. No obstante, lo de hoy como bien apunta Xavi Hernández guiñando un ojo a la Sicherheitsdienst de la Federación, «es un partido a vida o muerte.» Pues bien, muramos para vivir.

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18 de 110 años, el once de los lamentos.

Y como también vivo el madridismo como un lamento, mi once histórico desde 1994 de ‘podrían haber sido’, futbolistas con gran potencial que pasaron por el Real y por unas causas u otras, no pudieron materializar todo su talento o simplemente quedaron en anécdota. Algunos de ellos tal vez rindieron a buen nivel, pero su potecial llamaba a cotas más altas, como por ejemplo, Seedorf transformado en leyenda del madridismo a la altura de Roberto Carlos, o Ronaldo Nazario ganando una Copa de Europa. Para los que no están en ninguna de estas dos categorías, mi homenaje personal.

Mi sentido once ideal es:

illgner – cicinho alkorta woodgate – mahamadou – sneijder seedorf guti – eto’o ronaldo alfonso

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Illgner. Cuando Capello llegó en 1996 se ruborizó ante el nivel de presuntos titulares como Cañizares y Secretario y con la temporada empezada o casi a punto de empezar hizo venir a Illgner y Panucci, a la postre titulares y ganadores de esa liga y de la Copa de Europa del año siguiente. Illgner enlazó Liga, Champions e Intercontinental sin hacer prácticamente nada de ruido, todo sobriedad.

Cicinho. Aterrizó en 2006, suponemos que a petición de Luxemburgo y apenas duró un año. Tuvo momentos muy interesantes como carrilero alternados con lagunas estratosféricas en defensa y justo cuando empezaba a ser titular con Capello el año de la remontada, se rompió el cruzado. La aparición de Miguel Torres, sumado a la llegada de Pepe desplazando definitivamente a Ramos al lateral y un decrépito Salgado, le cerraron el camino.

Alkorta. Tras recuperar su cadera se consagró en la liga de Capello formando una de las defensas más impactantes que recuerde (Panucci – Hierro – Alkorta – Roberto Carlos). Hubo de huir a Bilbao a causa de no se qué pacto entre caballeros con su padre el año que le habría tocado ganar una Copa de Europa.

Woodgate. Extraño caso de magia negra y gafe, y sin embargo central con mimbres que -extrañamente- cayó en gracia al puto Bernabéu. Vi en directo uno de sus pocos partidos como titular contra el Rosenborg y presencié un jugador con porte elegante, poderoso juego aéreo y exquisita planta de central.

Mahamadou Diarrá. Tuvo que ser (evidentemente) Fabio Capello quien pusiera fin a la aciaga racha postmakelele en el medio campo. Lástima que el mismo verano el Pater también trajera a Emerson (glups), lo que para prensa deportiva y entendido púbico del Bernabéu, constituyera un sólo jugador. Pilar en las dos ligas consecutivas 06-07, 07-08, su lesión y la de Van Nistelrooy fueron el inicio del fin en la temporada 2008-2009. Jugó 4 insuperables partidos contra el Barcelona con un balance de 3 victorias, 1 empate, 0 derrotas. Unos minutos patrocinados del gran Mahamadou, jugador enormemente infravalorado.

Sneijder. Su buena primera temporada mezcla en el recuerdo con la lamentable que vino a continuación. Lo más doloroso del affaire Sneijder – Robben, fue que salieran regalados a cambio de una cadera y un hombro de Kaka’ porque a Florentino se le puso entre los huevos el brasileño para joder a Calderón, o que abandonaran el club cuando el ninguneado Pellegrini expresó su voluntad de contar con ellos, o que quistes como Guti y Raúl les dijeran adiós desde sus poltronas.

Seedorf. Llegó en 1996 con Roberto Carlos, jugó dos años sobervios y luego bajó su nivel, hasta que según cuenta el chascarrillo fue vendido al Inter por 4.000 millones para pagar nóminas, puro sanzismo. En un mundo paralelo, Seedorf podría seguir en la plantilla del Madrid, o haberla abandonado hace poco. Sigue jugando al fútbol en el Milan AC, donde es leyenda.

Guti. Jugador que podría haber estado en escalones muchos más altos en términos de trascendencia histórica, pero que siempre jugó al fútbol dando la impresión de no importarle demasiado. Jugó 15 años en el Madrid, nunca se fue lesionado de un terreno de juego, pero sus bajas entre semana por ‘hematomas’, ‘golpes’, ‘contusiones’, etc con interminables. Sonrojante.

Eto’o. Dolorosísimo e imperdonable error estratégico histórico de Florentino cuando en 2004 lo vendió el 50% de sus derechos al Barcelona por 12 millones. Posiblemente el mejor y más talentoso delanteros de una interminable lista de jugadores que abandonaron el club con la decadencia de Raúl ya empezada.

Ronaldo Nazario. Todo el mundo coincidirá en que Ronaldo sí dio buenos momentos, ganó la liga 2002-2003 y marcó muchos goles. Sí. Pero Ronaldo, un grande que renació de sus cenizas para ganar un Mundial y que sin embargo se fue del Madrid sin una Copa de Europa, es algo demasiado doloroso.

Alfonso. Alfonso Pérez fue el anteraúl. Jugador habilidoso y eléctrico, regateador, bicicletero, buen remateador y uno de los primeros delanteros modernos de los 90 -ambidiestro-  no pudo ser lo que su destino le anunciaba, y se convirtió en una triste transición de Butragueño a Raúl. Con dos roturas de cruzado (93-94 y 94-95) aún tuvo tiempo de empezar de titular en el Madrid de Valdano, irse y volver en un siniestro juego de maletas entre Lopera y Sanz, volver al Madrid de Capello y llevar el 10 en pretemporada, y firmar una maravillosa campaña en el Betis.

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18 de 110 años, mi equipo titular.

El Real Madrid ha cumplido 110 años. Yo sólo tengo memoria histórica madridista desde 1994 más o menos, es decir, soy consciente de 18 años de 110, de un 16.36% de historia blanca. Eso es una jodienda porque es muy poco, pero viene bien para hacer alineaciones míticas sin romperte la cabeza o dejar a grandes del madridismo fuera de la convocatoria. Antes de 1994 tengo recuerdos muy vagos de la Quinta del Buitre, de Hugo Sánchez, de las dos ligas de Tenerife, de Benito Floro. Mi cuentakilómetros madridista empieza en la 94-95, con Valdano en el banquillo blanco.

Mi once ideal desde entonces es:

casillas – panucci hierro pepe roberto carlos – redondo – özil zidane marcelo – benzema cristiano

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Casillas. He vivido a Buyo, Cañizares, César, Illgner, al propio Casillas y a una cantidad interminable de series b como Jaro, Contreras, Bizarri y cosas así. Casillas sigue sin pulir defectos, cosa que me inflama, no sabe utilizar su pié, no sale por arriba aunque sí sale con Yoko Ono y es presumiblemente el talón de aquiles del mourinhismo en el vestuario blanco, este pagafantas ideológico pseudoculandrón para muchos balones.  Sólo Bodo Illgner a su altura.

El lateral derecho es un puesto extraño. Yo crecí con Chendo, Quique, Panucci, Secretario, Salgado, Diogo, Cicinho, Ramos y Arbeloa. Prolongación poética del capellismo en el campo y en el club (llegó con Secretario fichado por Sanz), Christian Panucci se convirtió en una pieza clave del Madrid industrial de Capello y futuro ganador de la 7ª. Abusaba un poco del balón largo, pero era un excelente competidor y Stoichkov le espupió en la camiseta en 1997.

Hierro. El mejor central que he visto en estos 18 años. Dominio del fútbol superficial y subterráneo. No me imagino a ningún futbolista actual del Madrid espetar en la cara de un árbitro «¡No sabes cómo jodernos!» sin que lo metan en la cárcel.

Pepe. Objeto de culto, capaz de agredir a toda la humanidad sin lesionar a nadie. El antimadridismo ideológico prisaico y culandrón lo quiso expulsar del país como si fuera un etarra o hubiera inventado las agresiones en un terreno de juego, y los madridistas más inestables, renovarle el contrato. Elástico en sus intervenciones es un central penalizado por su mala cabeza, sin embargo tapó el hueco que va desde Hierro a Varane, lo que tiene un mérito enorme, un oasis en un desierto que se prolongó 10 años. Sergio Ramos es un potencial central histórico, pero apenas jugó unos partidos al inicio, otro poco con Capello y hasta la 2011-2012 no volvió a su puesto, lo que le penaliza.

Roberto Carlos. Posiblemente en el once histórico del Madrid. Qué cojones, el mejor lateral izquierdo de la historia del fútbol. La banda izquierda como Estado Independiente.

Redondo. Sostén futbolístico y extrafutbolístico. Mi primera identificación afectiva con un jugador víctima del piperismo («Miiiilla, Miiiiilla). Capital en el Vadrid de Valdano, en el de Capello, en el de Heynckes, en el de del Bosque. Cuando pienso demasiado en su recorrido en Copa de Europa y recuerdo tramos de algunos partidos de la 7ª y la 8ª, corro el riesgo de no conciliar el sueño tan rápido como de costumbre.

Zidane. Bello, elástico, plástico, coordinado, armonioso. Porno soft de gran contenido erótico. El único reproche que se me ocurre es no haberle fichado antes.

Özil. Un Laudrup contemporáneo, pero que llegó a tiempo. Forma parte de los hombres gráciles del escuadrón mourinho. Llegó joven y con tiempo para convertirse en figura mundial. Mientras tanto, esperamos.

Marcelo. Llegó y a todos los madridistas nos entraron ganas de adoptar a un negrito, como si fuéramos un barcelonista con ganas de pose. Tras unos años en los que incluso desde la OTAN se postuló que nunca podría jugar en el Madrid porque no sabía defender, y sufrir los pitos del puto Bernabéu, se subió a la ola de surf, sacó la lengua al Cata Díaz y jugó al fútbol haciéndonos creer que habíamos lamido LSD.

Benzema. Apareció en los estertores del tardobaulismo y prolongó su letanía con los goles de Higuaín, lo que le deprimió y mantuvo un año y medio al borde del colapso a todo el mundo. El método ludovico aplicado por Mourinho lo transformó. Su fútbol asociativo, sigiloso e inteligente es una delicia.

Cristiano. Vino al Real y al día siguiente se puso a hacer goles como un hijo de perra sin alma, no sin un poco de recelo por parte de todo el mundo. A día de hoy sigue haciendo goles como un hijo de perra, sólo que además está en el momento cúlmen de su carrera.

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