Temporada: 1999-2000 dC. (año 11 a. de M.)
Presidente: Lorenzo Sanz
Entrenador: Toshack, Del Bosque.
Camiseta: Adidas – Teka.
Títulos: Copa de Europa.
Anecdotario: Sólo Roberto Carlos sobrevive como representante de la vieja guardia capelliana y Panucci, Seedorf, más los ancianos yugoslavos dejan el club. Sanz inicia una españolización de plantilla (Salgado, Helguera, Del Bosque) no sin sus estrafalarios fichajes estrella: Anelka, Mc Manaman, Balic. Este año alumbra la mayor proeza táctica de Del Bosque, que gana una Champions con un Madrid menor en formación 5-3-2.
Dorsales:
1. Illgner, 2. Salgado, 3. Roberto Carlos, 4. Hierro, 5. Sanchís
6. Redondo, 7. Raúl, 8. Mc Manaman, 9. Morientes, 10. Seedorf,
11. Savio, 12. Iván Campo, 13. Bizarri, 14. Guti, 15. Helguera,
16, Eto’o, 17. Dorado, 18. Karanka, 19. Anelka, 20. Balic,
21. Geremi, 22. Karembeu, 23. Julio César, 24. Álvaro, 25. Ogneonovic.
27. Casillas.
Curiosidades: Primera y única vez que el Madrid conserva su camiseta en relación a la del año pasado sin introducir ninguna novedad mercadotécnica. Este año el Madrid disputa como invitado el infame mundial de clubes de la Fifa en cuya competición el canterano Manu luce el 10, una vez Seedorf había abandonado el Real Madrid por 24 millones de euros para que Sanz pudiera pagar las fichas de su plantilla.
Acumulado:
1- Buyo, Cañizares, Illgner.
2. Chendo, Panucci, Salgado.
3. Quique, Roberto Carlos.
4. Hierro.
5. Sanchís.
6. Redondo.
7. Esnáider, Raúl.
8. Míchel, Mijatovic, Mc Manaman.
9. Zamorano, Suker, Morientes.
10. Laudrup, Seedorf.
11. Amavisca, Savio.
12. Secretario, Canabal, Iván Campo.
13. Cañizares, Contreras, Bizarri.
14. Milla, Guti.
15. Fernando Sanz, Morientes, Helguera.
16. Jaime, Eto’o.
17. Raúl, Panucci, Jarni, Dorado.
18. Alkorta, Víctor, Karanka.
19. Lasa, Fernando Sanz, Anelka.
20. Rincón, Petkovic, Savio, Balic.
21. Luis Enrique, Zé Roberto, Edgar, Rojas, Geremi.
22. Soler, Karembeu.
23. Sandro, Guti, Dani, Eto’o, Ogneonovic, Julio César.
24. Álvaro, Karanka, Álvaro.
25. Contreras, Illgner, Bizarri, Ogneonovic.
Como comentas, curioso el detalle de la caniseta repetida, en tiempos de Sanz la mercadotecnica se reducía casi a los puestos de bufandas del Bernabéu, eramos un club arcaico en ese aspecto, baste decir el ejemplo que fuimos en último club en primera división en sustituir los tornos de acceso al estadio manuales por los automáticos.
Eso sí, este año fue el estreno de la caniseta negra, éxito en ventas, y que tuvo distintas variantes años después, aunque esta fue más particular, por los tonos amarillos. Con ella ganamos en Old Trafford o París, con lo que estará siempre asociada al triunfo.
El desarrollo de la temporada fue parecido, incluso peor, al de las dos anteriores. La liga en aquellos primeros años de Bosman y dinero televisivo era muy igualada, y creo que esta 99/00 fue el cúlmen de todo esto. Pese a hacer una porquería de números (6 derrotas en casa, 58 goles a favor-sólo doce más que C.Ronaldo la temporada pasada!) y quedar quintos, tuvimos opciones de ganar hasta casi el final, y de no haber avanzado en la Champions, muy probablemente el título habría sido madridista.
Hay que decir que entre la 98/99 y la 99/00 la irregularidad del equipo alejó al público del Bernabéu, y salvo el Copuropa y partidos importantes, el campo era puro cemento. Esto se acabaría con Florentino y se puede decir que en 12 años raro ha sido el partido sin lleno o una muy buena entrada, pese al ascenso progresivo en los precios.
Esta temporada se llevó a cabo la renovación que hacía falta, y se fichó mucho. Paquetones memorables, jugadores mediocres y también (por pura estadística) grandes jugadores. Anelka venía para ser la joya de la corona pero su carácter frío se lo impidió. Tal vez con un buen trabajo psicológico y sin mobbing del vestuario, habríamos tenido un Benzema diez años antes. Resulta paradójico recordar las palabras de Anelka «Morientes y Raúl no son grandes jugadores, pero se pasan el balón entre ellos». Es cierto que fue una falta de compañerismo terrible decirlas, aunque me imagino que tuvo que pasar lo suyo. A lo que voy es que parece que el amigo Nicolás algo de razón tenía, y el bajón definitivo de Raúl coincidió en el tiempo con la marcha del Moro.
Fue una temporada extrañísima, un equipo muy joven y muchas lesiones, Del Bosque tuvo que inventar mucho, y de esos inventos nacieron genialidades como el 5-3-2 winner europeo. Recuerdo a dos canteranos como Meca y Zárate ser la delantera titular del Madrid en algunos partidos. Como anexo a tu información de dorsales, recuerdo que Rolando Zárate llevaba el 36.
Las «fotografías mentales» del año estuvieron casi todas en Champions, la cantada de Bizzarri (una de tantas) ante Jardel que aceleró el ascenso de Casillas, las dos goleadas recibidas por el Bayern, el partido en Noruega que teníamos que ganar para estar en cuartos y lo conseguimos con angustia infinita, gol de Raúl y recital de Iker. .La memorable exhibición en casa del campeón de Europa, con Redondo y su taconazo, probablemente la segunda mejor jugada de nuestra historia reciente, tras la volea de Zinedine. Anelka follándose al Bayern y la final de París, probablemente una de las más desiguales nunca vistas, en la que destrozamos al Valencia sin piedad.
En cierto modo, la victoria de Old Trafford es reconocible en la de esta temporada en el Camp Nou, en el sentido de que destronamos al reconocido mejor del momento de una forma totalmente incontestable.
Si antes hablamos del esqueleto de la séptima, el de la octava respetaba bastante la esencia. Hierro estaba lesionado, pero Helguera de líbero con dos centrales (Iván Campo-Karanka) dio lecciones en semis y en la final. En el medio Redondo ocupaba un margen de terreno impensable para un centro del campo moderno. Los laterales-carrileros, RCarlos y Salgado tuvieron momentos espectaculares. En ataque, una desorganización caótica: Raúl, Anelka, Moro, Macca. Un equipo que perdía contra el Alavés o el Racing pero que daba hostias como panes en Europa, justo lo que nos pedía el cuerpo en aquel momento.
Nada, el hijoputa de VDB hizo méritos ese año para seguir, pero luego, con plantillas mucho mejores, no sería igual en relación calidad/resultados.Entrenador inclasificable, ultraconservador por un lado pero capaz de sacar inventos que pueden ser genialidades o bien auténticos churros.
El famoso 5-3-2 lo veo uno de los interminables ataques de suerte de Del Bosque. En este caso al estar lesionado Hierro: Karanka se colocaba bien pero era algo lento para jugar en una defensa de «tres y medio» con Roberto Carlos subiendo una y otra vez, Iván Campo era un muy buen marcador pero con tendencia a los apagones y Helguera de libre aprovechaba su buen pase largo y en una posición en la que no se desperdigaba como de medio centro. En el momento en el que Hierro pudo volver al campo, aunque fuese lento, tieso y siempre apurando el reglamento, Del Bosque lo puso y el 5-3-2 a tomar el aire.
La temporada la vi un churro – ganamos la Copa de Europa por un ramillete de partidos, no más que las pifias que cometimos en Liga. Del Bosque, como siempre, puso un esquema que disimulase su falta de trabajo táctico y dio a sus jugadores (es decir a los capitanes) un margen muy amplio de maniobra: los partidos importantes los sacaron entre Redondo y Helguera, manteniendo el orden y dejando que los delanteros y los laterales se fiasen de su talento. La receta le ha funcionado a Del Bosque desde entonces.
Recuerdo que iban a vender a Morientes hasta que hizo el primer gol de la final contra el Valencia. Sanz en estado puro.
No tengo la menor nostalgia.
Aún estando de acuerdo contigo, te hago algunas precisiones.
En el fútbol al final, lo que cuenta es ganar, y está visto que por muy lirista que se sea, a todo el mundo le suda la polla el como. Del Bosque tuvo suerte, le sonó la flauta, o como se quiera, pero dio con la tecla. Y conste que no soy su defensor ni muchísimo menos. Pero una de las nueve Copas de Europa fue esta del 2000, puede que la más sorprendente pero no por ello menos valiosa . Ya digo que el partido de Old Trafford diría que es incluso una rareza en la historia del Madrid, acostumbrado a las proezas en casa, sobre todo, y a llevarse sobadas fuera (Munchen, Milano, etc).
Luego, pues quizá con un entrenador de más peso se habría aprovechado mejor las magníficas plantillas que le vinieron (desde luego superior a aquel batiburrillo de 99/00), pero también es cierto que los entrenadores de renombre han sido raros en Chamartín hasta hoy, lo tradicional ha sido un hombre de la casa. Florentino, que modernizó tantas cosas, no pudo-o no quiso- cambiar eso, supongo que tras vender a Redondo pensó que echar a Del Bosque al principio de su mandato sería demasiado impopular. Además, le venía bien un técnico «sin personalidad» al que poder imponerle directrices técnicas