Archivo mensual: agosto 2014

Sociedad Real 4 – 2 Champagne Madrid

1. Salió el Madrid de rosa a Anoeta y seguro que algún nostálgico miró a ver si veía a Xabi subir de vestuarios como si todo hubiera sido una pesadilla. No estaba Xabi, pero estaba Casillas vistiendo de naranja en una simbolización perfecta de lo poco que pega con el resto de compañeros en estos momentos. Viendo el 4-3-3 dibujado en la pantalla del televisor los seis últimos jugadores formaban un rectángulo tan homogéneo que a excepción de Benzema y Kroos, el resto podían repartirse los puestos como quisieran. El comentarista señaló que desde la llegada de James al Real veía muchísimas banderas colombianas en todos los campos españoles, y a mi se me escapó una risa, qué le vamos a hacer.

2. Lo primero en lo que nos fijamos en este Madrid que torna poco a poco al pop comercial de melodías facilonas y rimas para todos los públicos es en el medio campo. Papá Alonso dijo que bajaba a por tabaco pero se fue de crucero romántico con Pep, y con el padre huido la responsabilidad de traer dinero a casa recae en los hijos mayores: Modric y Kroos. A mi juicio Ancelotti también debería poner a Isco a trabajar, pero de momento el italiano sólo confía a medias u obligado por las circunstancias  y a veces le manda a hacer las camas de la casa e ir a por los recados con Illarramendi.

3. Se adelantó demasiado pronto el Madrid, porque estos partidos de inicio de temporada la gente mayor los disfruta más cuando son victorias justas y sufridas, que es el mejor ejemplo de la construcción de un equipo. Kroos y Ramos reeditaron una copia acústica del gol de Lisboa y unos minutos después marcó Bale un golazo. El galés, de mandíbula cuadrada y fuerza explosiva sorprende de vez en cuando con exquisitos gestos técnicos. Su gol fue propio de un brasileño de sangre caliente. No obstante, algún buen amigo debería recomendarle que se quite la diadema cuando juguemos de rosa.

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4. El partido se encarriló así pues a los 10 minutos, o eso creíamos. El Madrid se organizaba en un 4-4-2 en fase defensiva sacrificando a James que se acostaba a la derecha, y luego subía 15 metros cuando el Madrid tenía el balón.  Inexplicablemente (vamos a contar mentiras), la Real empató el partido antes del descanso. El 1-2 llegó en un córner sin jugadores en los palos. Un blanquiazul apareció desde la profundidad de un banco de niebla y Ramos, confiado como si estuviéramos en 2007, contempló el gol en tribuna. En el empate nos disparó a quemarropa un soldado sin marca desde la segunda línea. Toni Kroos didn’t invade San Sebastián, Luka Modric non plus. La respuesta instintiva del aficionado es buscar inmediatamente un culpable cuando se recibe un gol, pero… ¡qué más da de quién sea la culpa si cada vez que llegan nos marcan!

5. Reconozco que viví el descanso un poco nervioso y para calmarme tuve que tomar café y un redbull. Es cierto que Ancelotti nos ha dado la décima y le debemos agradecimiento eterno, seamos pacientes y hundamos las caderas en el sofá para contemplar el engranaje de las piezas. Sin embargo, no dejo de preguntarme por la titularidad de James y la suplencia de Khedira. A ciencia cierta el equipo perdería lustre, pero ganaría eficacia. Son detalles como éstos los que aterrorizan a una parte de la afición. El extraño caso de Dr Ancelotti y Mr Del Bosquetti (quien también ganó Copas de Europa con el Madrid).

6. Canales saltó al campo y en sus pies nació el 3-2, aunque para ello ayudó la ‘marcelada’ de turno. El gol recuerda al de Munich en 2012, aunque no habrá rastro del plomo que le cayó a Coentrao aquellos días. Para Casillas la vida sigue igual. Se pasea con esa cara de «que putada, otro fin de semana que me toca estar de guardia», y de él un gallego diría que no estuvo mal del todo, paró las que le fueron a las manos y no paró las que fueron a la red. El cuarto gol fue ciertamente con la mano, pero a quién no le da vergüenza reclamar cuando el balón cruzó hasta 8 jugadores blancos con la cabeza en otro lado en su viaje a la malla.

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7. Las ligas y los equipos son embarazos que se gestan en las 10 primeras jornadas de cada campeonato. De momento el feto ancelottiano está viviendo demasiados cambios de presión y da una de cal y otra de arena: la llegada de Kroos y la salida de Alonso, supercopa europea y española, Córdoba y San Sebastián, etc. El Madrid no puede escapar ni a la física ni a la maldición de funcionar con los entrenadores de derechas y ganar con los de izquierdas. Ahora se encuentra en la cima del Everest y el Faraón Pérez ha descorchado el champán antes de bajar al campo base. Al entrenador le corresponde anticipar los problemas y evitar los aludes que todos los madridistas hemos sufrido.

8. Mañana es el último día en el mercado de fichajes y dicen que va a venir Chicharito y un mediocampista. Las llegadas están muy bien y seguro que son necesarias, pero de la misma forma que el Nantes no podría ganar una liga aunque lo entrenara Mourinho, Guardiola, Klopp o Del Bosque, en el Madrid nada cambiarán los que vengan si no se cambia antes la viga maestra de la casa. Casillas debe salir ya de la portería y el equipo necesita más coherencia entre líneas. Si en este Madrid es un drama que un recién llegado como James esté dos meses en el banquillo mientras se adapta al equipo y al sistema en beneficio de Isco o Khedira, estamos viajando en el tiempo a una velocidad vertiginosa: bienvenidos a 2003.

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Real Madrid 2 – 0 Córdoba.

1. Las supercopas de verano son la muestra gratuita que regalan los camellos antes de cobrar por las dosis semanales que se vuelven sistemáticas desde finales de verano, el fútbol de miércoles – domingo de agosto a mayo que se incrusta en nuestro ritmo vital y se va camuflando en el tejido de nuestra rutina: el partido del domingo en casa de los suegros, el gilipollas del trabajo los lunes y la cena para llevar de los miércoles de Champions. Muchos de esos partidos son innecesarios bolos de selecciones o kafkianas visitas a Elche o Getafe, alcantarillas futbolísticas en las que el mismo K. habría tenido problemas para respirar, pero eso es otro tema.

2. Hemos perdido la supercopa de España -un trofeo que yo considero gafe- pero no todo tienen que ser malas noticias para Ancelotti esta semana ya que además de ganar al Córdoba puede que el Bilbao se clasifique mañana para la Champions y así el italiano tendrá a un rival directo por el tercer puesto en la Liga distraído hasta diciembre jugando la Copa de Europa. Simeone tiene tan sometido a Ancelotti que la relación comienza a recordar a la que tenían Mourinho y Bielsa. Gracias a dios el día D a la hora H sonó la flauta y estamos vivos para contarlo.

3. Llamó la atención la titularidad de Casillas, pero a mi me parece una excelente noticia porque de algo hemos de hablar los madridistas durante la semana. Discutir de los cientos de goles de Cristiano al Rayo y al Levante era un asunto que se estaba volviendo aburrido y yo no pienso volver a sacar el tema hasta que al portugués no le queden más que 10 goles para alcanzar a Raúl. Ancelotti debe tener una fe inmensa en sus jugadores de campo para renunciar a un portero mejor en favor de uno cuya decadencia se le ha introducido en las ojeras y se le refleja en una cara de permanente amargura.

4. James juega pero aún le falta la composición de lugar. Se mueve por el campo con voluntad pero da la sensación de jugar algo cohibido, con un cinturón de castidad táctico y emocional y quiere ir posándose en el escenario sin levantar sospechas. Tiene el ademán del jugador sudamericano con bajo centro de gravedad, zurdo paticorto de disparo potente e interior exquisito. Pero de momento con James son todo suposiciones. Yo ya le distingo la silueta desde lejos  y es todo lo que le pido a un jugador nuevo en sus primeros meses de blanco.

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5. ¿A qué juega el Madrid? A mi me gustaría responder que a ser feliz, a marcar gol; pero el último grito en la capital -putos pijos-  es la implementación de un modelo que tras una temporada es aún algo difuso. El Madrid juega al balconeo. Se viste con ropas muy caras y se dispone a rondar el balcón de una muchacha silbando desde lejos y tirando piropos para el cuello de la camisa. Las chicas estrechas y chapadas a la antigua como esta de Córdoba resisten el piropeo inocente del Madrid  y se encierran atrás mientras ven rodar la pelota. Sólo Modric, James y Kroos -cuando lo necesita- realizan el bello gesto de romper una línea contraria con el balón el los pies. Marcelo también es de esta condición, pero hay días que sí y días que no. El propio Kroos, aburrido de tanta conversación de ascensor chutó desde fuera del área a los 25 minutos de partido. En cualquier caso, al juego del Madrid le sobra palabrería y sobeteo de balón y le faltan pasillos interiores, ascensores y atajos, por lo que la permanencia de Khedira es una excelente noticia una vez Di María ha dicho adiós.

6. En algunos fumaderos de opio se empieza a comentar si este es el año en el que Bale debe dar un golpe de Estado y coronarse Rey. De momento Cristiano parte con ventaja territorial. A día de hoy el ataque del Madrid es una sociedad feudal y la parte izquierda del campo es suya . Bale es correr los sanfermines al revés, y por la derecha parece a veces una bestia encadenada, haciendo en cada partido 20 largos en la calle de una piscina municipal cuando su lugar está nadando a mar abierto.

7. A los niños se les castigaba de cara a la pared y a Cristiano le pasa lo mismo de espaldas a portería. Marcó Benzema a la media hora de juego. Como el año pasado vimos reflejado el carácter de Jesé e Isco en una jugada en el Sadar, hoy vimos el de Ramos y Benzema en el gol del francés. Sin ser ni mucho menos un partido excepcional, el gol calmó el ansia a los jugadores blancos y tras el gol se equilibró la presión atmosférica del Bernabéu. Esto no impidió que el Córdoba pusiera de manifiesto la nula capacidad de imposición de Casillas en su propia área justo antes del descanso.

8. Me juran que el partido se reanudó con normalidad a las 21:00 pero soy incapaz de recordar qué pasó durante la mayor parte del segundo tiempo. Yo miraba la pantalla intentando encontrar migas de pan pero no hubo nada. Ancelotti  movió el banquillo pasada la hora de juego. Salieron Isco, Carvajal y Khedira y fue como echar sal a un caldo soso. El público del Bernabéu, que quiere sacarse ingenierías recitando versos de Neruda pitó a Khedira para recordar al alemán su autoridad. Carvajal es un torbellino que se está quedando sin cuello y le falta afinar el último gesto. Isco es un futbolista superior y el Madrid tiene estos laberintos en los que un jugador de talento descomunal no es titular y nadie sabe ni puede explicar por qué.

9. Marcó Cristiano el 2-0 y con el gol despertó a quienes normalmente se van antes de tiempo pero hoy se habían quedado dormidos. Los partidos de agosto siempre son pesados, lentos y sin oxígeno por eso sacar conclusiones es apresurado. En la jornada 3 recibimos de nuevo al Aleti y por suerte el contendiente de Carlo será el Mono Burgos.

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Real Madrid 2 – 0 Sevilla

1. Todo el mundo sabía como eran las segundas temporadas de M******* pero nadie se aventura a pronosticar como son las de Ancelotti. Pasada la moda de los entrenadores de derechas, hoy se vota socialista en el Bernabéu y se tira una moneda al aire: cara, Ancelotti; cruz, Laso.

2. En las escrituras los profetas hablaron de la intensidad física del Sevilla y su ventaja en pretemporada, pero cierto o no, de lejos pareció un farol. Los andaluces se arroparon con la manta hasta los ojos y un cuchillo entre los dientes, pero eso no molesta al Madrid, que tiene tanto talento en el campo que puede jugar como se le antoje. El Madrid apenas tuvo algunos problemas intentando ver entre las ramas y las primeras salidas de balón corrieron a cargo de Ramos por soleás o de Pepe hasta que Kroos se quitó la vergüenza.

3. Uno se preguntaba cómo James, mundialista y con menos entreno, estaba por delante de Isco en la alineación pero a ver quién es la ramera que va cenar con su chulo y no se pone el último trapo que le arrojó en la cama la noche anterior. Kroos estuvo mejor que James aunque el colombiano pudo marcar un gol. En una torpeza del nuevo 10 del Madrid el Sevilla pudo marcar pero Casillas -que permanece en el club como cuando un resto de carne aguanta molestando entre los dientes toda la tarde- desbarató la ocasión.

4. Ramos y Cristiano saltaron al campo con un precioso bisoñé y Bale se ha puesto diadema como los cuñados que se dejan perilla durante las fiestas de verano y los 15 días en Calpe. La camiseta del Madrid es la más bonita que recuerdo en años a pesar de las odiosas rayas en la manga.

5. Pepe, que se quitó la muñequera estuvo sensacional al corte y Kroos llamó a la puerta del madridismo para presentarse con un partido correcto y educado. Coentrao ha vuelto fino y a Carvajal se le complica la rectitud cuando se confía en exceso. Cristiano engordó estadística y palmarés y Benzema sumó otra asistencia con su juego de mover nubes a soplidos.

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6. Nada más comenzar la segunda parte marco Cristiano a pase de Benzema y todo parecía indicar que el Madrid iría desabotonando poco a poco la camisa del Sevilla para terminar poniéndolo de rodillas en el baño de la discoteca pero al equipo le duró el aire en los pulmones una hora.

7. Ancelotti sacó a Isco, que salió al campo con aire de galán de telenovela entre la barba, el pelo corto y el botón de la camiseta desabrochado con las fibras clavículares del pectoral al aire. El jugador cumplió la función que el partido requería y corrió arriba y abajo con la pelota dando equilibrio y aire al equipo.

8. Ya no se profundiza en exceso sobre cuestiones tácticas, pues con Ancelotti es debatir sobre el sexo de los ángeles. El italiano se ha mostrado dócil en ese aspecto y obtuvo su mejor equipo el año pasado aprovechado las circunstancias que le obligaron a jugar en 4-4-2. Carlo es más de letras que su predecesor, aficionado a la matemática y la geometría y tiene delante de sí un campo ancho y largo y bestias en las cuadras para capear los sábados, galopar los miércoles y arar los domingos.

9. El remolino del lavabo se hacía cada vez más fuerte y la última parte de la ópera se pasó entre divagaciones y preguntas al aire. Los futbolistas, inmersos en lecturas de pasajes de El Castillo no se enteraron del final. El Sevilla forzado córners desesperados jugaba al frontón como juegan los niños de 8 años a las 16:00 de la tarde. El árbitro no quiso ser menos y le apeteció hacer una gracia añadiendo tres minutos al primer partido oficial del Madrid. Llegó el 93 y el partido se acabó. El Real levantó la copa luego de un cabeceo indignado de Xabi Alonso frente al gorila Platini.

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