Real Madrid 2 – 0 Córdoba.

1. Las supercopas de verano son la muestra gratuita que regalan los camellos antes de cobrar por las dosis semanales que se vuelven sistemáticas desde finales de verano, el fútbol de miércoles – domingo de agosto a mayo que se incrusta en nuestro ritmo vital y se va camuflando en el tejido de nuestra rutina: el partido del domingo en casa de los suegros, el gilipollas del trabajo los lunes y la cena para llevar de los miércoles de Champions. Muchos de esos partidos son innecesarios bolos de selecciones o kafkianas visitas a Elche o Getafe, alcantarillas futbolísticas en las que el mismo K. habría tenido problemas para respirar, pero eso es otro tema.

2. Hemos perdido la supercopa de España -un trofeo que yo considero gafe- pero no todo tienen que ser malas noticias para Ancelotti esta semana ya que además de ganar al Córdoba puede que el Bilbao se clasifique mañana para la Champions y así el italiano tendrá a un rival directo por el tercer puesto en la Liga distraído hasta diciembre jugando la Copa de Europa. Simeone tiene tan sometido a Ancelotti que la relación comienza a recordar a la que tenían Mourinho y Bielsa. Gracias a dios el día D a la hora H sonó la flauta y estamos vivos para contarlo.

3. Llamó la atención la titularidad de Casillas, pero a mi me parece una excelente noticia porque de algo hemos de hablar los madridistas durante la semana. Discutir de los cientos de goles de Cristiano al Rayo y al Levante era un asunto que se estaba volviendo aburrido y yo no pienso volver a sacar el tema hasta que al portugués no le queden más que 10 goles para alcanzar a Raúl. Ancelotti debe tener una fe inmensa en sus jugadores de campo para renunciar a un portero mejor en favor de uno cuya decadencia se le ha introducido en las ojeras y se le refleja en una cara de permanente amargura.

4. James juega pero aún le falta la composición de lugar. Se mueve por el campo con voluntad pero da la sensación de jugar algo cohibido, con un cinturón de castidad táctico y emocional y quiere ir posándose en el escenario sin levantar sospechas. Tiene el ademán del jugador sudamericano con bajo centro de gravedad, zurdo paticorto de disparo potente e interior exquisito. Pero de momento con James son todo suposiciones. Yo ya le distingo la silueta desde lejos  y es todo lo que le pido a un jugador nuevo en sus primeros meses de blanco.

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5. ¿A qué juega el Madrid? A mi me gustaría responder que a ser feliz, a marcar gol; pero el último grito en la capital -putos pijos-  es la implementación de un modelo que tras una temporada es aún algo difuso. El Madrid juega al balconeo. Se viste con ropas muy caras y se dispone a rondar el balcón de una muchacha silbando desde lejos y tirando piropos para el cuello de la camisa. Las chicas estrechas y chapadas a la antigua como esta de Córdoba resisten el piropeo inocente del Madrid  y se encierran atrás mientras ven rodar la pelota. Sólo Modric, James y Kroos -cuando lo necesita- realizan el bello gesto de romper una línea contraria con el balón el los pies. Marcelo también es de esta condición, pero hay días que sí y días que no. El propio Kroos, aburrido de tanta conversación de ascensor chutó desde fuera del área a los 25 minutos de partido. En cualquier caso, al juego del Madrid le sobra palabrería y sobeteo de balón y le faltan pasillos interiores, ascensores y atajos, por lo que la permanencia de Khedira es una excelente noticia una vez Di María ha dicho adiós.

6. En algunos fumaderos de opio se empieza a comentar si este es el año en el que Bale debe dar un golpe de Estado y coronarse Rey. De momento Cristiano parte con ventaja territorial. A día de hoy el ataque del Madrid es una sociedad feudal y la parte izquierda del campo es suya . Bale es correr los sanfermines al revés, y por la derecha parece a veces una bestia encadenada, haciendo en cada partido 20 largos en la calle de una piscina municipal cuando su lugar está nadando a mar abierto.

7. A los niños se les castigaba de cara a la pared y a Cristiano le pasa lo mismo de espaldas a portería. Marcó Benzema a la media hora de juego. Como el año pasado vimos reflejado el carácter de Jesé e Isco en una jugada en el Sadar, hoy vimos el de Ramos y Benzema en el gol del francés. Sin ser ni mucho menos un partido excepcional, el gol calmó el ansia a los jugadores blancos y tras el gol se equilibró la presión atmosférica del Bernabéu. Esto no impidió que el Córdoba pusiera de manifiesto la nula capacidad de imposición de Casillas en su propia área justo antes del descanso.

8. Me juran que el partido se reanudó con normalidad a las 21:00 pero soy incapaz de recordar qué pasó durante la mayor parte del segundo tiempo. Yo miraba la pantalla intentando encontrar migas de pan pero no hubo nada. Ancelotti  movió el banquillo pasada la hora de juego. Salieron Isco, Carvajal y Khedira y fue como echar sal a un caldo soso. El público del Bernabéu, que quiere sacarse ingenierías recitando versos de Neruda pitó a Khedira para recordar al alemán su autoridad. Carvajal es un torbellino que se está quedando sin cuello y le falta afinar el último gesto. Isco es un futbolista superior y el Madrid tiene estos laberintos en los que un jugador de talento descomunal no es titular y nadie sabe ni puede explicar por qué.

9. Marcó Cristiano el 2-0 y con el gol despertó a quienes normalmente se van antes de tiempo pero hoy se habían quedado dormidos. Los partidos de agosto siempre son pesados, lentos y sin oxígeno por eso sacar conclusiones es apresurado. En la jornada 3 recibimos de nuevo al Aleti y por suerte el contendiente de Carlo será el Mono Burgos.

2 comentarios

Archivado bajo realmadrid2014-2015

2 Respuestas a “Real Madrid 2 – 0 Córdoba.

  1. «Simeone tiene tan sometido a Ancelotti que la relación comienza a recordar a la que tenían Mourinho y Bielsa».
    Bueno, Simeone también sometió, la pasada temporada, a Mourinho —y en la anterior, en la Copa. Y a Martino, claro, aunque se supone que eso no tiene mérito. En realidad, si no ganó el triplete fue por sólo por Ancelotti.

    La BBC más los mediapuntas; ésa es la cuadratura del círculo para este Madrid. De todos modos, creo recordar que, la temporada pasada, nuestro centro del campo se estaba consolidando en Khedira-Alonso-Modric, cuando se lesionó el alemán. Ancelotti probó con Isco, encontró el parche de Di María, y el resto es historia. Este año, la palabra clave podría ser «rotaciones». Ya veremos.

    «¿A qué juega el Madrid?».
    ¡A la posesión! Hemos pasado de la blitzkrieg al asedio. Antes, prosperábamos en las transiciones; ahora, preferimos que no haya ninguna. Queremos un equipo control-freak. Y me parece bien. Pero me pregunto si no seremos como el protagonista de «Marinette»:
    Cuando el Madrid se decidió al fin por la posesión,
    La bella, la traidora, había pasado de moda.
    Y el Madrid, con sus centro-mediapuntas, parecía un cornudo…

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