– Mal partido del Madrid, pero dentro de los 100 primeros días de gobierno del entrenador Ancelotti, frente a un Betis bien trabajado por Pepe Mel, que sería serio candidato a entrenar al Real si nos presidiera Ramón Calderón.
– Diego López titular en detrimento del yerno de casi todas las madres y todos los periodistas españoles. No creo que sea una decisión definitiva y se supone que Casillas, aka ‘el mejor portero del mundo’, irá entrando poco a poco en los siguientes partidos. Lo contrario tiraría por la borda dos meses de loas del sindicato del crimen organizado a la «nueva metodología», «carácter distinto» y «buen humor» del técnico italiano, etc.
– Horrible línea defensiva, con Carvajal nervioso, trotón y algo vulgar, que recuerda en el correr al surfero Míchel Salgado, pero con corte de pelo recio y sin tatuajes, algo es algo. Pepe, acabado para la élite ya no es infalible como lo fue dos o tres años atrás y Marcelo sólo juega en una dirección, normalmente ofensiva. Con Sergio Ramos me pasa que ya no se si es la manía, cosa que intento evitar, o que a veces se abandona en unas de sus lagunas de suficiencia, y casi siempre termina los partidos con alguna pérdida absurda, balones largos regalados o similar. Varane es atendido con impaciencia y Arbeloa será titular en partidos de enjundia, me parece.
– El medio campo del Madrid es como El jardín de las delicias, pero sólo apreciándose el barullo. No se si el dibujo es un 4-1-2-3 o un 4-3-3, al final es lo de menos, pero las sensaciones son inquietantes. Si nos parecía que con el 4-2-3-1 de Mourinho el equipo se partía si Di María no estaba disponible en transiciones defensivas, lo de este año puede ser apoteósico en comparación.

Hala Madrid, hijos de puta.
– Con cuatro jugadores libres de tareas defensivas, los encargados de levantar la red y evitar que los peces vuelvan al mar son Khedira y Modric, que además hace de medio centro gravitatorio del equipo. Este dibujo vende barato a Khedira, que en el dibujo de Ancelotti vuelve al rol de medio centro defensivo (cosa que no es) y provoca que cada pérdida del Madrid sea poco o menos que una ocasión en contra.
– Tremendo partido de Isco, que como nos aventuró Juanan, es clutch. El partidazo de Isco se vio en la cara de Özil caminando hacia el banquillo.
– El dibujo y el partido revalorizan la figura de un jugador como Di María, que aporta en las dos direcciones del juego y perjudica a Özil, el jugador en la posición más débil de los cuatro de arriba. Cuando vuelva Alonso habrá debate porque la lucha por un puesto (y no cuento a Bale), va a ser durísima: Di María, Modric, Özil.
– Sigo sin entender la llegada de Bale. Dicen los doctores que hay que traer a Bale porque si no se cae la carpa del circo, aún cuando acabamos de salir de tres años en los que se ha demostrado que no es necesaria meter a muchos trapecistas en una cuerda para tener un espectáculo más bello. Con Bale y la permanencia de Jesé y Di María, el que va a tener que hacer equilibrios va a ser el entrenador, cosa que por otro lado no parece molestar a nadie.
– Benzema y Marcelo, sin excusas. Se les ha ventilado la competencia. Benzema afronta su quinto año en el Madrid, esta vez sin Fracasinho Semifinalinho ni Higuaín para echarle los muertos a nadie. Misma situación para Marcelo, que tras un año en el que se ha borrado de forma miserable, afronta el inicio de temporada con la hipotética llegada de Siqueira o la reconversión de Arbeloa como competencia más temible.
– Y el jueves que siga la fiesta: homenaje a Raúl González, el Ebenezer Scrooge del madridismo.