meeting marseille III

 

62, Rue du Midi.

meeting marseille II

Rue Edmond Rostand con Louis Maurel.

meeting marseille I

-Cours Lieautaud con Rue d’Aubagne

Marsella es una ciudad muy particular. Una urbe con alma de gran metrópoli pero con esqueleto de pueblo estancado. Tal vez por eso la decadencia arquitectónica y urbanística de la ciudad llaman tanto la atención.

La fotografía nupcial y el posado.

Hay algo por lo que siento una extraña predilección y una odiosa adicción: los escaparates de fotografía nupcial. Me gusta pararme frente al cristal y admirar todos y cada uno de los detalles que me asaltan desde la tienda. Ese conjunto de lienzos expuestos como pequeñas obras de arte al que además le suponemos un gran valor sentimental para los protagonistas, son un auténtico universo de sensaciones. Me deleito con todos los cuadros. Del más grande al más pequeño, del más minimalista al más panorámico, del más introspectivo al más ruidoso. Las virguerías fotográficas de los artistas me encantan. Es el cruce de dos vivencias aterradoras que funcionan en mi como una especie de confirmación del menos y menos es más. La ausencia de miedo al ridículo en el momento íntimo de dos personas en el punto álgido de una ceremonia que aborrezco me fascina y me atrae. Es droga morbosa, es voyeurismo sádico. Me maravilla detenerme y examinar los rostros felices y los posados de los anónimos detrás de una cristalera en el escaparate de una calle por el que pasan al día una gran cantidad de gente que casi nunca tiene la consideración de pararse a mirar salvo que piense en casarse dentro de poco.

El trazo grueso, blanco y difuminado, a modo de firma en una esquina,  ‘José Antonio Fotógrafos’, aparcado en una esquina inferior, o peor, en vertical, lateral y superior. Esa firma, dentro de la fotografía que un día pasará del escaparate al salón de un hogar, como la uva que se desgrana del racimo y emprende un sórdido viaje al fondo del frutero para pudrirse, o bien llega al fondo del estómago de alguien, hasta diluirse entre jugos gástricos. El chopeo por el que absolutamente cualquier mujer parece tener el torso de una diva. Los montajes, los adornos, las posturas, las poses, los pelos engominados de los novios, sus patillas finas de peluquería. El escaparate es ácido puro. Doy un paso atrás, intento contemplar con una mirada militar todo el flujo. Los novios posando en una vespa, todo blanco y negro, excepto la moto, que es azul. La novia en blanco y negro con el ramo en color, como la niña de vestido rojo en la lista de Schindler. Los homenajes a los orígenes o al lugar de trabajo de alguno de los dos: como el posado de los novios hundidos en un montón de trigo. (Si algún día encontrara la foto de dos novios posando en la caja registradora de un Mercadona yo también compraría esa foto para ponerla en mi salón).

Porque luego están las poses, y aquí me vuelvo un poco más perverso. Las caras congeladas de los novios sonriendo al objetivo, al extraño, a ellos mismos dentro de 20 años, cuando ya no se hablen más ni follen entre ellos. Si hay algo más pudoroso que ver un plató de tele5 convertido en una pasarela de moda chusca para patanes de todo un país, son las poses en las fotografías. Cuando soy yo el que hago una fotografía, prolongo todo lo posible ese instante de vergüenza ajena contemplando el alargamiento de una sonrisa fingida de fotografía artificial. Esos incómodos segundos de típica sonrisa que pone Xavi cuando posa con el balón de bronce. Segundos que nunca se terminan y pasan entre el enfoque de la cámara y el disparo del fotógrafo dependiendo de su grado de sadismo. Sólo cuando me siento como un sucio hijo de puta, pongo la cámara en modo vídeo y ‘grabo’ la foto durante 15 o 20 segundos, haciendo que me equivoco. Ver el esfuerzo de la gente por mantener la perfecta inclinación de cuello, la perfecta compresión labial, la sonrisa y los párpados estáticos me regodea, es un jardín de las delicias contemporáneo. Con la gente que pasa la prueba del posado me iría a la guerra.

Cualquiera diría que en ese instante la persona se descubre un poco y nos deja llegar no hasta lo más profundo de su alma, pero sí nos deja oler un poco en la superficie; en cierto modo, nos descubre un poco sus miserias. Cuanto más prolongada es la pose, cuanto más tiempo es capaz de esperar esa persona sonriente sin parpadear mientras se alarga la letanía, más empeño pongo yo en hacer un tiro de Panenka con la cámara y más satisfacción obtengo mirando luego la foto. En las antípodas de la pose y la sonrisa artificial se encuentra la sonrisa natural, que gracias a la dictadura del posado, no solo es algo bellísimo por sí mismo, sino que ahora también es algo erótico.

Real Madrid – Racing Santander, 4-0.

– Hay mucha gente que ya sólo va a misa cuando ve jugar al Madrid. Yo, por ejemplo, soy uno de ellos. Como decíamos ayer, el Real Madrid se encuentra en un estado de forma anímica, institucional y deportiva tan esperanzador que las metáforas llegan solas. El corredor de fondo que avista a su rival mientras suena la campana de la última vuelta, así nos sentimos ahora. Si miramos al Madrid como un grupo de canciones contundentes y directas, siempre es agradable encontrarnos de vez en cuando con algún disco de caras b y versiones. Eso es lo que pasó anoche con la inclusión de Varane, la vuelta de Marcelo, la artificial consolidación de Granero en el medio, la electricidad de Özil y Kaka (también con fecha de caducidad cuando empiece lo serio), más los clásicos de siempre: Pepe, Benzema, Cristiano, Alonso.

– Empezó el Madrid jugando prácticamente sobre sólo un campo, el del Racing. Con el equipo volcado al principio, hasta el primer gol de Cristiano. Al ver las cosas demasiado fáciles, bajó el Madrid a segunda velocidad, enlenteciendo hasta la eternidad los primeros 45 minutos. Tanta era la parsimonia que a veces entraba la duda, ¿está el Madrid jugando en segunda o en primera marcha? Tras la expulsión, severa (por parte del árbitro) y estúpida (por parte del jugador) el Madrid casi sin querer subió una velocidad, que trajo el 2-0 y la sentencia del partido en 45′.

– Por primera vez, diría que desde la época Mourinho vimos un equipo equilibrado ofensivamente. La red Ramos Granero Kaka Özil, volcaron el caudal ofensivo del equipo por la derecha, lo que en este equipo, terriblemente ‘izquierdoso’ en términos ofensivos (Alonso, Marcelo, Cristiano, Benzema) tiene mucho mérito. El Madrid se ordenó como en otoño, en formación blitzkrieg, pero el Racing tenía tan pocos argumentos que el hecho quedó en anécdota.

– En un lance del partido vimos a Marcelo levantarse la camiseta y una barriga redonda asomó. Esa mezcla de alegría, lorza y magia nos lleva a Ronaldo Nazario. Si Dios creó a Eva de una costilla de Adán, es algo obvio que Marcelo vino de una lorza de Ronaldo. Alonso: El Racing exigió muy poco al Madrid, por lo que en ese contexto se desactiva la incógnita Alonso y campa a sus anchas por el campo. Varane: partido fácil para él. Juega aún cohibido, pero muy simple: Marcelo, Alonso, Pepe, Casillas. Sus movimientos son finos y elegantes, lo que en un central no es muy común. La vuelta de Di María no pudo ser más completa. Catálogo rápido de habilidades para recordar su jerarquía y bonito gol. Si Di María incluyera a su repertorio de trabajo y sacrificio defensivo y talento ofensivo 12 goles más por año, estaríamos muy cerca de un jugador cuasiperfecto.

– Mourinho confirma con sus cambios (Di María, Khedira, Carvalho), que ‘no es país para jóvenes’ y quiere a un ramo de 16, 17 jugadores (los de hoy más Arbeloa, Coentrao, Callejón e Higuaín) listos para los meses de montaña. Y es una lástima por Sahin, porque si hay un equipo que ha jugado sin ningún tipo de asfixia al Madrid es el Racing.

– Por la mañana pudimos observar una vez más la ridícula hostilidad de la prensa hacia Mourinho. As llevó a su portada digital y editoral de Rebaño el asunto Carvajal. Esto significa que por el más nimio asunto, la prensa siempre va a cargar contra el entrenador. Rescato esto porque conociendo el percal, la prensa intentará vendernos un Madrid ultraofensivo y vertical gracias a la conjunción de los jugones. Granero Alonso Kaka y Özil (más el lote obligatorio de CR y Benzema) 2 medios y 6 delanteros, a grosso modo. Quiero recordar que el equipo alcanzó una velocidad de crucero similar el año pasado teniendo el equipo apenas 3 meses de vida (Milán, Aleti, Racing, Deportivo, etc) con su esquema tradicional.