Archivo mensual: octubre 2013

BagggzzzzZZpzzsa 2 – 1 Real de Madrit.

– Se puede tener personalidad y ser a la vez un poco lerdo, y así nos lo demostró Ancelotti con un once algo controvertido. Al entrenador hay que reconocerle valor pues una persona sin valor no sería capaz de despreciar una ventaja psicológica adquirida a lo largo del curso pasado (1 derrota, dos empates y 3 victorias en enfrentamientos directos) con solamente una alineación.  Lo que no se sabe es si tras las toneladas de valor hubo algún gramo de convicción. Salió Ramos en el medio, que fue una forma muy sutil de decir «tengo miedo de ellos y de vosotros».

– Tras la fantástica inventiva táctica de Ramos -sueño húmedo prisaico desde el principio de los tiempos-, me sorprendió la elección de los laterales, algo que todo el mundo interpretó como una forma de atacar por fuera. Buena idea si no fuera porque Marcelo y Carvajal no pudieron o no supieron hacerlo durante 45 minutos y atendieron casi únicamente a labores de contención. ¿No habría sido suficiente con Arbeloa – Marcelo para equilibrar mejor la presencia de Neymar? A Carvajal le tocó bailar con la más fea, y la más fea le hizo gemelos. No obstante el canterano jugó una buena segunda parte.

– El problema fueron los primeros 45 minutos. El Madrid salió con una terrible aprensión, no se sabe si aturdido por las 90.000 gargantas cantando el himno del Barcelona al principio del partido estando acostumbrados nuestros muchachos al glorioso himno del centenario o si tal vez fue por el jarabe que el doctor Ancelotti les recetó antes de salir al campo. Como bien nos enseñó aquel maestro tan bueno que tuvimos en la escuela cuando éramos pequeños, se puede dominar el balón sin dominar el partido, dominar el partido dominando el balón, e incluso dominar el partido sin dominar el balón. El Madrid salió a no morir y no murió, sobrevivió sin molestar. La presión se organizó en 4-3-3 con Modric yendo a buscar a Xavi. El plan en cuanto se recuperara la pelota era la contra, pero el Madrid lo confundió con el pelotazo a ninguna parte.

2-1

– Dijo Pitaco de Mitilene que para conocer a un hombre había que revestirle de poder. Para conocer la inteligencia de un futbolista, sácale una amarilla. Busquets y Ramos se llevaron las dos primeras amarillas del partido en los 10 primeros minutos. Busquets pasó inadvertido, no así Ramos, que fue sustituido por Illarramendi. La secuencia completa de la amarilla a Ramos  es como el guión de una mala película de terror americana en la que se puede adivinar dónde, cómo y cuándo caerá cada gota de sangre. De todas formas, tampoco nos vamos a poner a pedir peras al olmo a estas alturas del camino. Neymar, futbolista vivo, dinámico y difícil de parar le hizo dos niños a Carvajal, una niña a Varane y un sobrino a Ramos; y a todo asintió López desde lejos con una verónica en el 1-0.

– Y así pasó la primera parte, con Modric haciendo reanimación cardiopulmonar a cada jugada del Madrid, ya que el croata fue la única alternativa, los restos de agua encontrados en Marte; porque si atrás el equipo quedó empotrado, arriba no fue mejor. Bale seguramente sea un futbolista fantástico en un tiempo, pero a día de hoy es un jugador con mucha ansia, ninguna pretemporada y sin orientación en el campo. De la misma forma que el año pasado vimos a Modric sólo en 2013 -dichosa costumbre postmoderna de fichar al final- a Bale lo veremos en 2014. Ese hueco no ha de ocuparlo otro que Di María o Jesé, cuya ausencia reiterada en este principio de temporada no puede deberse a otra cosa que a un exhaustivo tratamiento ludovico, pues recordemos que el chaval tiene grandes cualidades futbolísticas, pero viste otras taras.

– En la segunda parte Ancelotti volvió al sentido común, lo que Steve Rivkin definió como «facultad que posee la mayoría  de las personas para juzgar razonablemente las cosas», ya que se le estaba poniendo al italiano una cara entre Pellegrini y Juande Ramos muy decepcionante. Salieron Illarramendi y Benzema por Ramos y Bale (casualidad) y el Madrid se hizo con la pelota, el discurso, el mérito, y el partido. (Más casualidad). Illarra hizo que Khedira volara más alto en la segunda parte, Modric pudo coger aliento y el Barcelona se dedicó a replegarse. Adriano toco involuntariamente un balón con la mano en la primera parte y Mascherano empujó a Cristiano en la segunda, pero Undiano cobró con intereses lo de Elche, puesto que en temas de arbitraje vivimos en un barrio irlandés de New Jersey, cuando todo el mundo sabe que en New Jersey hay que instalarse siendo siciliano. Luego Karim Benzema, futbolista con tanto talento como tan poca implicación estuvo a punto de empatar el encuentro con un disparo al larguero y justo después Alexis marcó de la forma más cruel. Al Madrid aún le dio tiempo a marcar y maquillar el resultado, gol de Jesé, y después de eso el Barcelona hizo monologo interior con la pelota.

– El partido deja sensaciones encontradas, se percibe el potencial del equipo de una manera tan intensa como la inseguridad del cuerpo técnico en aspectos que son fundamentales en el devenir de la competición. Aunque no me gustan algunas decisiones de Ancelotti no queda otra cosa que (joderme) y esperar acontecimientos. El trabajo en Valdebebas debe dar frutos, la situación en liga es mala pero no catastrófica y en Champions el equipo ha dejado buenas sensaciones.   Próxima parada: Sevilla, Vallekas y Turín. Hala Madrid, hijos de puta.

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Real Madrid 2 – 1 Juventud de Turín

– Como si quisieran quitarme al Madrid y nunca más pudiera volver a verlo, al parón de selecciones más largo y deleznable de la historia se sumó un fin de semana con trabajo que no me dejó ver el partido del Málaga y culminó con un atasco que hizo que mientras yo llegaba al salón Cristiano ya celebrase el 1-0. Visto desde otro punto de vista que uno llegue a casa con la cena hecha y Cristiano corriendo hacia ti para festejar el primer gol tampoco es un lamento. Significativo once de corte mourinhista de Ancelotti, de la cepa 2010-2011 con sólo dos updates: Illarramendi por Alonso y Modric por Özil. El resto, además del cambio de esquema contenía algunas reminiscencias de antaño: Marcelo recuperado, Casillas en portería, Di María en la derecha, Benzema en punta, etc.

– Otro aspecto de evocación claramente mourinhista -¿retroceso de la fase anal a la oral?-  fueron los 20 primeros minutos del Madrid, verticales, agresivos y de un fútbol por momentos violento en relación a los estándares actuales de mojigatería . Y sin embargo, qué belleza. Que no os engañen los mequetrefes, los apóstoles y los vendedores de seguros en trajes de 60€ con licenciatura de periodismo; no hay nada más eficaz que la agresividad, la presión y la verticalidad. Hay una jugada que representa bien esta actitud: Ramos  se apoya en Illarra para pasar a Marcelo, que acelera y cede a Cristiano. El portugués arrastra a la defensa turinesa antes de abrir a la derecha a Di María en área turinesa que desbarata la ocasión, bendito sea el extremo cerrado a pierna cambiada. La gente se agolpa en la televisión para ver a Bolt en la final de los 100 metros, no para ver a Abel Antón corriendo un maratón.

– El Madrid jugó en lineas generales una buena primera parte. Illarramendi va cogiendo poso y Marcelo es Américo Vespucio descubriendo a los castellanos un Nuevo Mundo. Por la derecha, en el lado industrial y obrero del equipo, Arbeloa – Khedira – Di María tejieron el 1-0. Gratifica descubrir que cuando Özil se fue del Madrid, dejó el medio segundo de clarividencia a Di María que nos ha estado atormentando a todos durante estos tres años.

– Es injusto pedir a un aficionado que sepa cómo juega el Madrid cuando aún no lo tiene claro ni su entrenador, pero me aseguran que el Madrid defendió ayer en 4-3-3 con Cristiano, Benzema y Di María en una primera línea de ‘presión figurativa’ y una segunda de presión real donde brillaron Modric, Khedira e Illarramendi.  Con juicio y entendimiento adivinó Conte el factor Di María, clave en fases defensivas años anteriores. Pogba acostado a la izquierda pasó de boutade a único problema relevante en la primera parte creando un conflicto continuo a Khedira – Arbeloa.

xabi alonso - asier illarramendi

xabi alonso – asier illarramendi

– No fue azar que el empate de la juventud turinesa llegara precisamente con Pogba descolgado en la izquierda. Arbeloa se fue con Llorente para cubrir una excursión de Pepe y Pogba revivió un balón que moría en la línea de fondo. El portero hizo gala de sus reflejos de meta de balonmano, pero no fue suficiente para evitar que Llorente marcara en el área pequeña. ¿Hay portero en la elite que se haga respetar menos en el área pequeña que Casillas? Al menos tras el gol no recriminó a sus compañeros, algo es algo. 20 minutos duró el juego intempestivo del Madrid y 25 minutos la argumentación seria del partido. Tras el tanteo, la desconfianza inicial y las citas de poetas existenciales, el Madrid y la Juventus se encontraron más cómodos en el tuteo y en los gags.

– De entre toda la maraña de antiguos muebles mourinhistas apilados en el desván y el catálogo de fachadas renacentistas de la mesa del recibidor se adivina una intención de control y verticalidad convenientemente mezclada, pero de momento todo es una ideología que se debate de lunes a viernes en los pasillos de las casas prefabricadas de Valdebebas, la única certeza a día de hoy. Consuela saber que el Madrid dispone de 14 futbolistas útiles en un partido y 17 a disposición del entrenador entre semana capaces para ello.

– La segunda parte quedó marcada por el derecho de pernada de un árbitro con pinta de trabajador de ventanilla de una caja de ahorros de un pueblo de Soria. Expulsó sin motivo a Chiellini y a la fiesta de los locos se sumó Ancelotti con sus cambios lisérgicos, que trasladados a la literatura son un capítulo de Rayuela después de un cocido madrileño. Lo más accesible que hizo Carlo fue no mezclar a Benzema y a Morata en un solo cambio para que la entendida afición del Bernabéu (60.000 tíos se repiten eso por las mañanas mientras se miran al espejo del As en la barra del bar) no se cargue al francés, que tiene un fútbol apto para paladares aficionados a la cocina minimalista. Luego llegó la traca final de Bale en la derecha y en el centro, que es el sacrificio de Isaac a manos de Abraham, para que el dios Florentino vea que Carlo es un hombre de fe.

– Los jugadores, ecosistemas de alta sensibilidad, participaron en la bacanal de sabores, explosiones, júbilo y desconcierto con unos últimos minutos infames jugando en el alambre ante un equipo italiano. La desgracia sólo se produjo en la mente de los madridistas más avezados, que nos vamos a la cama dejando disfrutar a los más ingenuos, pues de los niños es el Reino de los Cielos.

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Real Madrid 4 – 0 Bayern København United etc.

– Tras el lamentable partido que jugadores y cuerpo técnico nos brindaron contra el Atlético de Madrid, llegó al Bernabéu un equipo muy afable de Copenhague, que es lo mismo que llamar a una folla-amiga tres días después de no haber tenido ni el arrojo ni la valentía de mirar a los ojos a la morenaza ruda en el bar.

– Ancelotti hizo cambios en relación al partido anterior, y se vistió para la cita con Varane por Ramos, Marcelo por Coentrao, Carvajal por Arbeloa, Modric por Isco e Iker por López. Un look más juvenil. Fue un once alegre desde la línea de atrás, ya que Varane mejora sin ningún tipo de discriminación tanto a Ramos como a Pepe y los laterales son festivos en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad. La segunda línea con Illarramendi, Modric, Khedira y sin la presión de Simeone no tuvo problemas en su trato con el balón, el tempo, ni el discurso, del que aún desconocemos si es en verso o en prosa.

– La mejor noticia es sin duda la vuelta de Varane, que juega de una forma tan simple e inteligente que a su lado las sobradas de Ramos o los aspavientos de Pepe serán defectos aún más irritantes. Tras Varane asoma Illarramendi, que aunque sigue jugando algo nervioso y fallando más de lo que la posición exige es elegante con el balón, no tan preciso como Xabi, pero efectúa golpeos largos con ambas piernas. La no presión de los daneses ayudó al vasco a sentirse cómodo en primera instancia y a asociarse con Modric después.

– No en vano el primer gol llega tras un desplazamiento de Modric hacia Marcelo -que junto a Carvajal se divirtió pinchando balones caídos del cielo durante todo el partido- que luego se la puso a Cristiano. Que no os engañen, tan bonito es una triangulación al borde del área como un balón largo bien dirigido. Una colección de pases es un discurso que no termina nunca, lo otro es llegar y besar el santo.

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– La salida del balón fue cómoda durante todo el partido, tanto por la disposición blanca: Varane – Carvajal Illarra Marcelo – Modric, como por la (falta de) voluntad danesa. Pese a todo (laterales largos, Khedira habilitando espacios interiores para disfrute y ventaja de Modric e Illarra con balón), parece que al Madrid le cuesta combinar de otra forma que no sea pase corto y al pie en algunos sectores del campo. ¿Por qué no existen los desmarques? ¿Ha de ser todo el juego interior?

– Tras el primer gol (pase largo de Modric) llegó el segundo con Di María y Benzema como protagonistas; Ronaldo puso la cabeza. El tercero nace de una contra iniciada por Illarramendi y bien culminada de nuevo por Benzema y Di María y el cuarto se produjo gracias a una brillante novedad, como una gran revelación conjunta tras la demostración del Aleti, que fue la presión tras la pérdida en campo contrario. Hasta cinco jugadores presionando la pérdida de balón. Esa actitud provocó el cuarto gol de la noche, pero lo más importante es saber si esa conducta se mantendrá como adquirida en el patrón de juego o es sólo una rabieta temporal. Duras conclusiones: Benzema aparece siempre como estrella invitada aunque tenga calidad para ser protagonista, y de los cuatro goles uno nació de un pase largo, otro de jugada, otro en una contra y otro tras una recuperación. Mañana en sus diarios deportivos.

– Pero por desgracia la noche no acabó en el cuarto gol de Di María, sino con las tres paradas de Casillas y aquí dedicó el Bernabéu su trágica oda al absurdo coreando a un portero que salvó un gol con 4-0, pero al que le sacaron un balón de la línea de gol en un córner con 1-0. Detrás del panegírico con medio estadio aspirando rayas de caspa que creyeron cocaína gratis, todos levantados de sus asientos y glorificando al becerro de oro, acecha la carroña mediática que encumbrará las tres paradas del soberbio capitán, de las que dirán mañana en los diarios que fueron tres lágrimas de Dios.

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